Opinión especializada

Una mirada a la situación de la ASTC en 2009.

Un gesto de grandeza - Adrián Politi (*)

El tenis criollo es un deporte que puede ser utilizado como medio para el desarrollo integral de niños, jóvenes y adultos. Económico, familiar, de amigos, donde la mayor motivación o ambición puede estar centrada en participar en torneos nacionales, siendo el máximo logro coronarse alguna vez campeón argentino y el mejor premio un fuerte aplauso.

Soy jugador, profesor y organizador de esta actividad que vivo desde muy pequeño, cuando mi padre me llevaba con mi hermano, ya a los 6 años, a paletear al Club El Quillá y a Gimnasia y Esgrima; mientras él jugaba con su grupo de amigos de los sábados, nosotros nos íbamos empapando de este tenis que, años más tarde, elegimos para iniciarnos como deportistas y desarrollarnos laboralmente.

Ha sido una pasión durante toda mi vida, a punto tal que decidí enseñarlo para transmitir lo que me dio el tenis con paleta, en este caso a través de una estructura consolidada como Escuela Modelo, donde un niño con 4 ó 5 años ingresa, aprende y crece, hasta que llega a adulto, en un contexto donde hay lugar para todos los integrantes del núcleo familiar.

El pasar por la escuela le va presentando una serie de motivaciones que hace que el niño progresivamente vaya subiendo los escalones hasta llegar a su primer campeonato, pero no sólo eso es lo que importa, sino la convivencia en un clima placentero, con clases divertidas, donde el compartir y el pasarla bien minimizan el ganar o perder.

El tenis criollo se sustenta en lo que en Educación Física se denomina Sistema Masivo Participativo, es decir, mucha gente jugando y practicando el deporte que ha elegido para desarrollarse.

Como docente, hago lo posible para que mi actividad crezca día a día, me esfuerzo constantemente para lograr una superación, tanto en lo personal como en lo profesional. Mientras tanto, es de público conocimiento que nuestros dirigentes no acompañan el esfuerzo de técnicos, jugadores y familias enteras que los siguen, especialmente en este momento, donde predomina la falta de consenso que influye negativamente en todos los ámbitos, especialmente en el competitivo, reflejándose estas actitudes en el desánimo de los jugadores, y cuya consecuencia lógica es una importante disminución de participantes, tanto en calidad y cantidad.

Es necesaria una reflexión de su parte en pos de un cambio que considero imprescindible para que nuestro querido tenis retome el lugar anteriormente conquistado. Todos estamos de acuerdo y esperamos un gesto que esté a la altura de las circunstancias.

Todo en la vida se puede, si se quiere. Mis saludos a todos los apasionados del tenis...

(*) Profesor y Entrenador Nacional de Tenis.